STEVE JOBS.
ATIPICO BIOPIC.
Y digo atípico, porque no se parece en nada a los
típicos y tópicos biopics vistos hasta ahora. En unos años estos, en los que la
novedad brilla por su ausencia y el riesgo de innovar con nuevas historias y
planteamientos se cotiza muchísimo y es como encontrar una aguja en un pajar,
este biopic, podría decirse que es esa aguja. En estas fiestas, y después de
ver el remake del episodio IV de la
Guerra de las Galaxias en forma de episodio VII, encontrarme
con algo que no esperas, es ciertamente una bocanada de aire fresco. Pero como
con todo, hay gustos para todos los tipos, y precisamente lo que hace muy
disfrutable e interesante esta película para mi gusto, puede, justamente no
serlo para otros.
De primeras, es necesario conocer un poco la
figura del personaje. Si no se sabe quien es Steve Jobs, ni se conoce apenas
nada de su figura y su historia, mejor absténganse de ver la película. Ya que
la misma nos retratará este personaje a lo largo de solo 14 años de su vida. Más
concretamente desde 1984 hasta 1998. Una de las épocas más turbulentas del
personaje, que nos va a permitir a través de algún flash back ver de donde vino
y de algunos comentarios, ver a donde irá. No hay un origen, ni un ascenso
brutal, ni escenas donde se le vea como le llega la inspiración a este genio
sociopata. Eso que mola tanto en cualquier biopic, no lo verán en este. Por eso
precisamente comento que es totalmente atípico. Pero en eso precisamente radica
su gracia y en su notable planteamiento narrativo, que hizo que se me pasase,
literalmente, volando la película. Pero es que yo soy un gran admirador de Aaron
Sorkin.
Y es que, aunque el director de la misma sea Danny
Boyle, un director que también me agrada y mucho, se ve a las claras, como se
aparta y deja literalmente los mandos del proyecto al guionista Sorkin. Y es
que este biopic, es un producto Sorkin al 100%, con todo lo bueno y lo malo que
eso supone. En mi caso bueno, para otras personas que no gustan de la forma de
trabajar de este señor, supongo que malo.
Aaron Sorkin, siempre me ha gustado por su
capacidad para la narrativa y los diálogos entre personajes. Diálogos y
narrativa que muchos han tachado de intrascendente en cualquiera de sus tramas
y trabajos, como “El ala oeste de la casa blanca” o “The Newsroom”, pero que
otros como yo sabemos apreciar. Y es que la acción está muy bien, no lo negaré,
pero a veces se puede hacer muy buen cine, sin ni siquiera una pizca de acción.
Este es el caso de esta película, pero llevado a su extremo de brillantez.
Tanto es así, que la trama, toda la trama discurre entre las bambalinas de tres
presentaciones, de tres de los productos de Jobs, “1984 el Macintosh”, “1988 el
ordenador Next” y “1998 el iMac”.
Seamos sinceros, no se si estas conversaciones y diálogos
antes de esas presentaciones existieron o no, incluso aunque sean puramente
ficticios, nos permiten ver de donde vino Steve Jobs y donde llegará. Nos
permiten ver a un genio visionario, y nos plantean una cuestión, ¿se le tiene
que perdonar todo simplemente por ser el visionario que fue?, ya que Steve Jobs
es también un sociopata de manual, un empleador que trata a sus empleados como
animales y un padre nefasto. Una persona en definitiva muy difícil de tratar y
que a veces no quiere ver la realidad que le rodea. En estos diálogos y
conversaciones, se ve a las claras, como esa negación de la realidad, le trajo
muchos problemas, pero también le permitió alcanzar otros objetivos, que no
hubiese podido conseguir de otro modo.
En ese sentido, estos diálogos, están centrados
con sus más cercanos colaboradores en esas distintas fechas, amigos y
periodistas. Y también nos muestran a un Jobs, resentido con apple, por no
dejar que su visión de producto prosperase con el “apple 2”, que es precisamente de lo que vivió durante muchos
años la compañía. Una visión que negaba la compatibilidad con el resto del
mercado, un producto cerrado en el que solo su creador pudiese acceder a él,
más como una obra de arte, que un producto informático para el gran público.
Este planteamiento al fin fue llevado a cabo, en parte, con el Macintosh, pero
supuso su defenestración y su salida de la compañía que el fundó. Pero,
¿realmente fue así?
Michael Fassbender, Jeff Daniels, Kate Winstley,
nos muestran con una soberbia actuación, que quizá no todo es como no lo
pintan. Nos muestran a un maquiavelo que pensó a muy largo plazo y al cual, no
le acompañaron los adelantos tecnológicos cuando el quería. Nos muestran como
planifico su salida y su vuelta por la puerta grande y nos muestran como así se
quita de en medio a todos aquellos miembros de su junta directiva,
colaboradores e incluso amigos que le ayudaron a ser quien es, que no tienen
visión, sea esta la correcta o la equivocada. Todo esto a través de discusiones
y conversaciones en, simplemente, esas tres presentaciones que ya he comentado
arriba. Brillante Sorkin, simplemente brillante. Como se puede contar tanto,
simplemente con unos diálogos bien montados, sin apenas flash back. Como ya he
comentado, este planteamiento no es del agrado de todos y por ahí leerán alguna
otra crítica, en la que se criticará precisamente esto, que es lo que a mi me
gusta de este hombre.
Steve Jobs, un personaje totalmente antisocial,
excepto a la hora de presentar sus productos. Un personaje para el cual todo
vale, si eso le permite alcanzar sus metas, desde las más bajas, a las más
altas. Un personaje que niega su paternidad y arrastra públicamente por el
fango a la madre de su hija. Un personaje, que al final y solo un poco, será
capaz de empatizar con una sola persona, solo una, su hija y ya al final de la
película. Una empatia y una promesa que precisamente, y aunque aún no lo
supiese, le hará despegar a él y a su compañía en todo el mundo:
-
Jobs
a su hija: “Estoy harto de verte llevar ese ladrillo para oír música (walkman),
somos seres racionales, eso es antiestético, te prometo que pondré en tu
bolsillo 100 canciones, que digo 100, 1000 canciones”
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