DRACULA DE LA NBC.
Y mira que es difícil sorprender con una historia
que ya has leído y visto en cientos de versiones distintas. La historia de Bran
Stocker de Drácula es por todos conocida. Todos sus personajes y sus destinos.
Ya sabemos quienes son los malos, y también quienes son los buenos, ya sabemos
como acabarán unos y otros, con lo cual, trasladar esta historia a la tv es una
apuesta muy arriesgada, ya que si simplemente te dedicas a ser fiel al
original, no serás muy original que digamos, valga la redundancia, y tampoco
atraerás a mucha audiencia, teniendo en cuenta que no existe una trama y un
guión que los mantenga pegados al televisor, ya que se saben los roles de todos
los personajes. Pero lo realmente interesante es ver lo que la NBC ha logrado con este
Drácula, y es precisamente superar ese escollo del conocimiento prematuro de
todos los roles y de todos los personajes.
En esta serie nada debe darse por sentado, ni quien
es el bueno, ni quien es el malo. El guión y la historia han sido alteradas
para llevarlas por otros derroteros, tampoco excesivamente, con lo cual no se
pierde el romanticismo ni la oscuridad del original de Stocker. Pero lo bueno
que se consigue, es que, a diferencia de versiones anteriores, aquí te pueden
sorprender con giros de guión e historia, que van a ser totalmente inesperados.
Drácula, es Drácula, el vampiro, pero no por
elección propia, este es uno de los cambios fundamentales con respecto al
original y solo por este cambió, toda la historia ya toma otros derroteros
totalmente inesperados, no solo para Drácula, sino para el resto de sus
personajes. No es tan malo como debería, y los motivos que lo impulsan a
cometer actos terribles, incluso permiten al espectador empatizar y simpatizar
con él. Un recurso narrativo que hasta ahora solamente lo había visto en la
también magnifica Dexter.
Pero existen monstruos más terribles que el propio
Vampiro, ya que como dice un dicho, el hombre es un monstruo para el propio
hombre. Y aquí, en esta serie, personajes como el del propio profesor y doctor
Abraham Van Hellsing, resultan mucho más inquietantes y peligrosos que el
propio Drácula. El cual, una vez conocidas sus motivaciones y deseos de
venganza, no resulta tan terrible como otros personajes, cuyos últimos
objetivos no están aún del todo claros.
Drácula, es una serie con una producción muy
buena, recuerda a los Tudor, y no solo por el personaje principal. A la espera
de su segunda temporada, nos deja hilos argumentales aún sin resolver del todo,
aunque el final de esta temporada deja muchos cabos sueltos atados. Esta serie
es entretenida y gana con cada capítulo, presentándonos a personajes
inolvidables, ya por todos conocidos y a otros, totalmente nuevos, que no
desentonan para nada, como por ejemplo, al carismático y multimillonario
empresario estadounidense Alexander Grayson.
Un personaje que, sutilmente, como un maestro
titiritero, moverá los hilos y los destinos de gran parte de los personajes de
esta serie, para que se adapten a sus planes. O realmente, es él, el que está
siendo dirigido por otra persona.
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