martes, 11 de febrero de 2014

Jonathan Stroud y la saga de Bartimeo.

LA SAGA DE BARTIMEO. CACHONDEO, MALA LECHE Y AVENTURAS.
“Todo empezó aquel fatídico día en que un niñato escuálido y tembloroso se atrevió a invocarme a mí, ¡yo, el mismísimo Bartimeo, espíritu privilegiado donde los haya, genio para muchos, diablo para unos pocos! A pesar del tartamudeo de su voz y del sudor que le empapaba, su orden no pudo ser más clara: tenía que robar el amuleto de Samarkanda a Simon Lovelace, uno de los hechiceros más poderosos y temidos de Londres…. ¿Quién era ese mocoso mequetrefe que se atrevía a darme semejante orden? Y ¿por qué querría el Amuleto?.”

En la actualidad, hay mucho de todo. Tanto en cine, tv, videojuegos, comic, manga y libros. En general, en la lectura de corte fantástico y de aventuras, los escritores de unas décadas a esta parte, salen como setas. Como hecho de menos aquellos años en los que aparte de Tolkien y unos pocos elegidos más, nos recreábamos con sus grandes sagas, de las cuales, aquí, en nuestro país, la editorial Timun Mas, se hizo eco de todos ellos. En fin, lo hecho de menos, porque, por aquel entonces al no haber tantos escritores, el separar el grano de la paja resultaba mucho más fácil, con lo cual te encontrabas autenticas maravillas casi de continuo. Ahora, hay que investigar un poco más o siempre puedes releerte las sagas antiguas de Reinos Olvidados o de la Dragonlace.
Cierto que estos últimos años, hemos tenido grandes escritores que en el genero fantástico nos han dejado con la boca abierta como G. R. R. Martin e incluso algunos de ellos patrios como Javier Negrete o Laura Gallego. Pero todos, aplican un esquema a las historias o lo que en cine vendría a llamarse cliché, que ya fue utilizado o descubierto mucho antes por algún otro. Eso en sí, no es malo. Es más, sino fuese así, muy poca literatura tendríamos. Pero lo que mola, lo que realmente mola, es cuando te encuentras una historia y un o unos personajes que se salen de la escala, que escapan a esos clichés. Es entonces cuando disfrutas de una manera especial del placer de leer. No quita que antes no disfrutases, pero el descubrir algo novedoso, a pesar de que la historia se mueva dentro de los cánones ya establecidos por otras historias en otros libros, eso no tiene precio.
Y eso es a mi humilde parecer lo que consigue Jonathan Stroud con sus (de momento) 4 libros que forman la Saga de Bartimeo. Jonathan Stroud, profesor de la Universidad de Londres, nos muestra en estos libros una fascinante y entretenidísima historia centrada en un personaje, que de bueno tiene poco. Bartimeo, nada más y nada menos que un demonio o como en otras culturas lo llamarían también un genio, pero con muy mal genio, mucha mala leche, vicioso y con todas las peores características que puede tener una persona humana, capaz, entre otras muchas cosas, de transformarse y darse la apariencia que el quiera, pero también con un curioso código moral y de honor. Que le harán meterse en situaciones, que desde luego, el no se hubiese metido. (Después de todo, la culpa, siempre la tendrán otros, según él).
Desde el 2002, los derechos de estos libros están ya en manos de Hollywood, más o menos desde que empezó la oleada fan de Harry Potter. Lo que no entiendo (o quizá si), es como todavía no se han atrevido a llevarlas al cine. Y quizá, ahí es donde radica el quid de la cuestión, en el adjetivo atreverse. Ya que, si son fieles a la historia de los libros, Bartimeo no es como Harry Potter, no es para nada un personaje infantil. El final de su saga, no es un final bueno, ni mucho menos, en el mejor de los casos agridulce. Y la ironía continúa de la que hacen gala sus historias, continúa y en algunos casos machacona (en el buen sentido) y con mucha mala leche, no es apta para todos los públicos.
La historia, es en la actualidad. Compararla con la Saga de Harry Potter, demostraría un total desconocimiento por parte del que lo haga, ya que le da 100 vueltas y es más entretenida y oscura. En definitiva, la magia existe y es pública y notoriamente reconocida en el mundo entero. Podríamos decir que el mundo de Bartimeo es el nuestro, pero como en una dimensión paralela en la cual la historia se ha desarrollado de un modo totalmente distinto debido al conocimiento y uso de la magia desde el principio de los tiempos. En esta sociedad actual, las clases privilegiadas en todos los países, son los más altos usuarios de la magia, los que tienen más poder y pueden convocar a grandes sirvientes (Generalmente demonios o genios de distinto nivel o rango), los cuales, aparte de llevarles el servicio domestico y la seguridad de la casa y la familia, les ayudan en sus inversiones y gestiones financieras. Las clases medias, escasas, suelen ser obreros, autónomos o pequeños y medianos empresarios que a pesar de ser usuarios de la magia, no tienen el nivel, ni el poder suficiente para convocar a los grandes demonios o genios que usan la elite de la sociedad, por lo que se conforman con otras convocaciones de grado inferior (el hacer la comparación con los coches seria bueno, como la comparación entre un audi último modelo y un  utilitario). Y finalmente los despojos de la sociedad, los que no pueden usar la magia ni tienen facultades para ello, obreros, sirvientes, en definitiva la gran mayoría de la gente.
En este mundo se desarrolla la historia de Bartimeo. En la cual, un joven de una pequeña familia de clase media baja, desafiará las normas sociales  y descubrirá una terrible conspiración a la cual tendrá que hacer frente a lo largo de toda su vida, la cual se irá desarrollando en los 3 primeros libros, “El amuleto de Samarkanda”, “El ojo del Golem” y “La puerta de Ptolomeo”. Desafiará las normas ya impuestas por convocar un demonio, al cual, teóricamente, no debería haber convocado por restricciones sociales y de poder, un demonio llamado Bartimeo. Aún así, junto con Bartimeo, irán subiendo peldaños en esa terrible y competitiva sociedad, llena de trampas, engaños y asesinatos. Naciendo entre ellos una amistad, que ninguno de los dos hubiese imaginado. Llegando a un final alucinante, en el cual se tendrá que realizar un gran sacrificio para poder dejar las cosas un poco en orden y que removerá conciencias y a toda la estructura de la sociedad.
El cuarto libro de la Saga, “El anillo de Salomón”, es, como decirlo, una precuela de lo anterior, aunque es recomendable leerlo el último, más que nada porque así ya conocemos al personaje de Bartimeo y ya sabemos lo que da de sí el muy cabrón. En definitiva, unos libros alucinantes, muy entretenidos, de lectura muy rápida y ligera, que tampoco entra en demasiados detalles y nos mete de lleno en la acción pura y dura. Pero sin olvidarse de tener una escritura en condiciones, cosa que muchos autores en la actualidad olvidan. No se la pierdan.

martes, 4 de febrero de 2014

RETO: SORPRENDER CON UNA HISTORIA YA DE TODOS CONOCIDA. OBJETIVO CUMPLIDO.

DRACULA DE LA NBC.
Y mira que es difícil sorprender con una historia que ya has leído y visto en cientos de versiones distintas. La historia de Bran Stocker de Drácula es por todos conocida. Todos sus personajes y sus destinos. Ya sabemos quienes son los malos, y también quienes son los buenos, ya sabemos como acabarán unos y otros, con lo cual, trasladar esta historia a la tv es una apuesta muy arriesgada, ya que si simplemente te dedicas a ser fiel al original, no serás muy original que digamos, valga la redundancia, y tampoco atraerás a mucha audiencia, teniendo en cuenta que no existe una trama y un guión que los mantenga pegados al televisor, ya que se saben los roles de todos los personajes. Pero lo realmente interesante es ver lo que la NBC ha logrado con este Drácula, y es precisamente superar ese escollo del conocimiento prematuro de todos los roles y de todos los personajes.
En esta serie nada debe darse por sentado, ni quien es el bueno, ni quien es el malo. El guión y la historia han sido alteradas para llevarlas por otros derroteros, tampoco excesivamente, con lo cual no se pierde el romanticismo ni la oscuridad del original de Stocker. Pero lo bueno que se consigue, es que, a diferencia de versiones anteriores, aquí te pueden sorprender con giros de guión e historia, que van a ser totalmente inesperados.
Drácula, es Drácula, el vampiro, pero no por elección propia, este es uno de los cambios fundamentales con respecto al original y solo por este cambió, toda la historia ya toma otros derroteros totalmente inesperados, no solo para Drácula, sino para el resto de sus personajes. No es tan malo como debería, y los motivos que lo impulsan a cometer actos terribles, incluso permiten al espectador empatizar y simpatizar con él. Un recurso narrativo que hasta ahora solamente lo había visto en la también magnifica Dexter.
Pero existen monstruos más terribles que el propio Vampiro, ya que como dice un dicho, el hombre es un monstruo para el propio hombre. Y aquí, en esta serie, personajes como el del propio profesor y doctor Abraham Van Hellsing, resultan mucho más inquietantes y peligrosos que el propio Drácula. El cual, una vez conocidas sus motivaciones y deseos de venganza, no resulta tan terrible como otros personajes, cuyos últimos objetivos no están aún del todo claros.
Drácula, es una serie con una producción muy buena, recuerda a los Tudor, y no solo por el personaje principal. A la espera de su segunda temporada, nos deja hilos argumentales aún sin resolver del todo, aunque el final de esta temporada deja muchos cabos sueltos atados. Esta serie es entretenida y gana con cada capítulo, presentándonos a personajes inolvidables, ya por todos conocidos y a otros, totalmente nuevos, que no desentonan para nada, como por ejemplo, al carismático y multimillonario empresario estadounidense Alexander Grayson.
Un personaje que, sutilmente, como un maestro titiritero, moverá los hilos y los destinos de gran parte de los personajes de esta serie, para que se adapten a sus planes. O realmente, es él, el que está siendo dirigido por otra persona.