domingo, 27 de julio de 2014

Las historias de siempre, contadas de otro modo.

PENNY DREADFULL. MARAVILLOSA SERIE.
Hace unos años, antes de la crisis, nuestros canales privados y en abierto, se ve que tenían más dinero que gastar y gracias a eso tuvimos la suerte de poder contar con grandes series que por aquel entonces empezaban su andadura, Breaking Bad, Mad Men, Juego de Tronos, Sons of Anarchy y tantas y tantas otras. Ahora, últimamente apenas se compran series de calidad para nuestro país, solo dramas costumbristas y series teen, hay poco dinero y se ve que todo esta pensado y centrado, para un estrato de población muy específico y se va sobre seguro. Ejemplos como Helix o la que nos toca ahora Penny Dreadfull, son claros ejemplos de series que no llegan a nuestro país. Penny Dreadfull, serie revelación de la temporada según multitud de fuentes, no porque lo diga yo.
Y si ahora estoy aquí, es gracia a mi amigo Cesar Samuel, el cual, está muy al tanto de estos temas y me la recomendó encarecidamente. En este caso, no puedo sino darle las gracias efusivamente, porque gracias a él, he podido ver esta serie y disfrutar de una chulísima ambientación del Londres victoriano, de unos capítulos que por momentos parecen estar rodados con la calidad de una película, de unos actores en estado de gracia permanente como Eva Green, Thimothy Dalton o Josh Hartnett y de una historia que ya nos han contado otras veces en multitud de ocasiones, pero que debido a lo bien que esta montado el guión y sus tramas, esas historias de toda la vida, renacen como nuevas historias por descubrir.
Comparar Penny Dreadfull con películas como “La liga de los hombres extraordinarios” o “Van Hellsing”, es a mi parecer una BLASFEMIA. Quizá comparta con estas dos películas el hecho de usar para su historia y trama, grandes novelas del romanticismo y de terror y también el hecho de usar a esos personajes literarios en un mismo contexto y marco temporal, pero el paralelismo acaba ahí. Usa ese planteamiento inicial, pero no va más allá, no por lo menos por el camino que tomaron esas desastrosas representaciones cinematográficas y si, hacia un guión de calidad y unas actuaciones que quitan el hipo, todo acompañado de una producción impecable.
Bien, sin entrar en demasiados detalles, Penny Dreadfull, hace un remix, mezclando grandes leyendas y criaturas del terror novelesco del Siglo XIX, como por ejemplo “El retrato de Dorian Grey”, “Frankenstein o el moderno Prometeo”, “El hombre lobo”, “Drácula”, etc. Todo bajo el nombre de Penny Dreadfull, que era el nombre de ciertos folletines con historias de terror que se vendían en Inglaterra en el siglo XIX y que valían un penique, por eso ese nombre, tanto para el folletín como para la serie.
Gran serie a la cual no solo le ha acompañado una gran audiencia, sino también la crítica especializada. Llegados a este sitio, solo se puede decir el acierto que Showtime ha tenido al contratar a San Mendes (el que ha trabajado con el nuevo 007) y John Logan para hacerse cargo de esta serie que ha cumplido sobradamente su objetivo y es el ocupar el puesto dejado por Dexter otro de los buques insignias de la cadena y que ya había acabado su andadura.
En esta historia se puede ver la eterna lucha entre el bien y el mal en el Londres decimonónico, con grandes personajes literarios como espectadores de esta trama, que se desarrolla por momentos en un mundo muy real para los espectadores y en otros momentos rayando la ficción más novelesca, sobre todo a la hora de tratar esa lucha en la cual nos muestran a un mal primigenio, mucho más terrorífico y primitivo que hasta ahora se había mostrado en los últimos tiempos, con vampiros como los de crepúsculo y mierdas de ese estilo. Aquí, seres humanoides con más pinta de demonio que de otra cosa, nos podrán los pelos de punta. No veía algo así, desde el misterio de Salems Lot del gran Stephen King.
Estamos a finales del siglo XIX, en Londres, poco tiempo después de que Jack el Destripador desapareciera de las portadas de los periódicos. Nos encontramos allí con Sir Malcolm Murray (Dalton) un experto explorador y cazador que ya ha dejado sus viajes por Africa y Vanessa Ives (Green) una especie de medium, que parecen estar en medio de una extraña misión para la que requieren de la ayuda de algunos pintorescos personajes, como Ethan Chandler (Harnett), rápido con la pistola y con un oscuro pasado que arrastra desde su tierra en EEUU, de un eminente y extraño científico al que le gusta jugar con cadáveres que cuenta con el patronazgo de un brillante hematólogo llamado Abraham Van Hellsing, de un especialista en jeroglíficos, y de un joven hedonista amante del arte, quizá no tan joven.
A pesar de que cada personaje tiene su origen literario, a ratos parece que estamos en una aventura propia de HP Lovercraft, más que de los escritores de los cuales proceden esos personajes. Esto en si, no es malo, sino todo al contrario. El misterio y también ciertas escenas subidas de tono (sexo vamos), están a lo largo de la serie, teniéndonos en tensión y sin revelar más que lo justo para que deseemos ver el siguiente episodio de la serie, con lo cual poco a poco se irán descubriendo las motivaciones de los distintos personajes y se irá resolviendo ese misterio paranormal que rodea a esos espeluznantes seres salidos de otro tiempo con jeroglíficos egipcios en su piel.
Quizá el tema principal que rodea el guión en esta primera temporada de Penny Dreadfull, sea la vida eterna, un gran secreto, al cual cada personaje accede o intenta abordarlo desde una perspectiva personal distinta. Ya sea a través de una posesión infernal, ya sea a través del arte y los pactos demoníacos, ya sea a través del conocimiento medico y su resurrección científica, ya sea a través la muerte en vida y su elemento paranormal o ya sea a través de una maldición de la sangre y la metamorfosis que eso conlleva. A todo esto añádanle un buen guión y dirección, una buena ambientación y escenarios, grandes actuaciones y un trabajo serio en general que ayuda a que nos zambullamos de lleno en su historia, añadan todo eso y tendrán Penny Dreadfull.
Una serie, que de momento no ha recibido ni un vistazo a este lado del océano para su posible incorporación a nuestra parrilla, pero que allí, sigue levantando expectación a la espera de su segunda temporada, ya que el listón ha sido puesto tan alto, que igualarlo será difícil. No se desanimen y ya se la están bajando en VOS y poniéndose a verla.








martes, 8 de julio de 2014

Entre estafadores anda el juego.



LA GRAN ESTAFA AMERICANA. O EL LARAZILLO DE TORMES MODERNO.
La gran estafa americana es una gran película. Bebe de las fuentes de clásicos de toda la vida como EL GOLPE. Pero por favor, las comparaciones son odiosas. En este caso los estafadores en cuestión no buscan un refinado engaño para vengarse de las personas que mataron a un amigo. Si no que solo son un par de personas que se encuentran y que se enamoran. Un par de personas que se merecen el uno al otro. Un par de personas que se enamoran y cuya visión de la vida es absolutamente idéntica. Dos supervivientes que harán lo que sea para sobrevivir y salir bien parados de una situación que ellos no buscaron pero en la cual les han metido. Dos estafadores que no buscan venganza como en el golpe, sino una salida digna y de paso salir con vida de ella. El blanco y el negro no existen, ellos viven en un mundo gris. Unos lazarillos de tormes modernos, que al igual que nuestro personaje literario, usarán la astucia, la labia y el engaño para intentar medrar.
En ese sentido, La gran estafa americana es un canto a la supervivencia a costa de otros. Unos personajes que han sido victimas durante gran parte de su vida y que de un día para otro deciden, que ya se acabó lo de ser víctima de nadie. Nadie se aprovechará de ellos y en cualquier caso, ellos si lo harán de los demás. Pero siempre a una pequeña escala, sin abarcar demasiado y con el lema de más vale pájaro en mano que ciento volando. Por desgracia no todo el mundo comulga con esa forma de vivir. Gente que aspira a medrar y que busca el poder los obligará a tomar caminos que de otra forma no hubiesen recorrido nunca y que les pondrán en una situación crítica, en la cual tendrán que usar todas sus facultades afinadas y practicadas hasta entonces para sobrevivir.
Al igual que en “La hoguera de las vanidades” de Tom Wolfe, aquí impera el sálvese el que pueda, en esta película se puede ver un compendio de las más básicas tentaciones del ser humano, es una oda a la corrupción y a aquellos que se aprovechan de los que necesitan de esa corrupción simplemente para sobrellevar su vida diaria.
La historia se centra en el personaje de Christian Bale, un lazarillo de tormes moderno, cuyo lema es sobrevivir, ya sea desde la más tierna infancia rompiendo a pedradas todos los cristales del barrio en el que vive, para así fomentar el negocio de cristalero de su padre, ya sea en su edad adulta engañando y estafando con arte falsificado o con prestamos de dudosa procedencia. Todo ello para mantener a su familia y sus negocios y siempre a pequeña escala. Todas las peripecias de este personaje en los años 70 y 80 son bastante entretenidas durante toda la película. Si a ello añadimos una ambientación de la época simplemente alucinante, ya tenemos un peliculón.
Centrándonos un poco más en la película, vayamos a los hechos. Es una gran película, con un plantel de actores que están soberbios y que quitan el hipo, como Christian Bale, Bradley Cooper como un obsesionado agente federal, Amy Adams que está tremendamente buena más incluso que Jennifer Lawrence y eso ya es decir mucho. Que la crítica y el público coincidan, no se da en muchas ocasiones, en este caso sí. Y además lo demuestran sus 10 nominaciones a los Oscars (de las gordas) o sus 7 nominaciones a los Globos de Oro, de los cuales creo que ganó 3, mejor película, actriz y actriz secundaria.
El director David O Russell nos ofrece una película entretenidísima y además con mucha calidad. Prácticamente parece más una película de Scorsesse que otra cosa. La trama está basada en hechos reales que sucedieron durante los años 70 en EEUU, los actores están sembrados, la dirección es muy buena y también la producción y el guión. La ambientación mola un montón y además es esa época tan chula, que ya de por si te absorbe. Resultado, un peliculón que se pasa literalmente volando. Se me hizo cortísima como creo que se les hará a todos ustedes si se animan a verla. Sin lugar a dudas uno de los mejores estrenos de este año junto con la del “Lobo de Wall Street”. Y no es de extrañar viniendo del mismo director que ya cosechó tanto éxito hace tan poco tiempo con “El lado bueno de las cosas”.