miércoles, 3 de febrero de 2016

LOS 8 ODIOSOS. LA GENIALIDAD DE TARANTINO.

LOS 8 ODIOSOS. VUELVE EL MEJOR TARANTINO.
Vuelve con este western nuevamente Tarantino a asombrarnos y fliparnos a partes iguales en la butaca del cine. Con los 8 odiosos vuelve el mejor Tarantino, con su mejor faceta. En parte vuelve un poco a sus orígenes, ya que la trama y escala de la película se circunscribe a un entorno cerrado. En este punto las referencias y las similitudes con su gran película también “Reservoir Dogs”, son más que inevitables. Lo cual es maravilloso.
Pero las referencias de esta nueva película no acaban ahí, es inevitable ver que hay más de ellas, todas de grandes películas del cine o historias de la literatura. No podemos más que disfrutar de la tensión que se palpa con los protagonistas y sus distintas historias en un ambiente cerrado, cercados por una tormenta de nieve, y llegados a este punto, sus similitudes con “La Cosa” de John Carpenter, son más que evidentes. Que entre ellos se encuentre uno u varios asesinos y que se investigue el asunto, nos recuerda a “Los diez negritos” de Agatha Cristhie. Y la relación entre los personajes conforme se desarrolla de manera magistral la trama, podría darnos que pensar un poco en una especie de “Gran Hermano”, pero de resultado letal. Y eso es que es lo que más mola del cine de Tarantino.
Esta es una pura película de Tarantino, en donde el control y la lógica no existen en las relaciones con los personajes, en donde la violencia, como siempre en su cine, es loca y divertida a la vez. Desatándose de manera brutal y repentina. Los estereotipos de personajes, que en otros géneros cinematográficos estarían mal vistos, aquí y ahora son muy de agradecer, ya que son estereotipos tarantinescos. Y en ese caso la calidad y las risas están más que aseguradas. Solo Tarantino es capaz de hacernos reír con algo tan dramático como la muerte de una persona, pero es que es un maestro de montar situaciones, diálogos y narrativas que nos llevan volando a situaciones de lo más absurdas, repentinas y brutales.
La historia esta sumamente bien contada, una gran historia que bien podría empezar como el quijote, “En algún lugar de Wyoming de cuyo nombre no quiero acordarme, y en un refugio de montaña, tiempo después de la guerra civil norteamericana, se encuentran ciertos personajes” y vaya personajes. El reparto es de escándalo y como siempre muy muy bueno. Las actuaciones soberbias, tanto es así, que bien podría decirse que todos disfrutan de su momento a lo largo de la película, gracias al buen hacer de Tarantino. Todos tienen en algún momento su escena montada especialmente para ellos, con unos diálogos y una narrativa propia de este genio de la dirección. Mientras, el resto de sus compañeros son meros observadores, hasta que les llegue su turno.
Aunque hay más personajes, los 8 odiosos son: John Ruth/Kurt Russel, Daisy Domergue/Jennifer Jason Leigh, Mayor Marquis Warren/Samuel L Jackson, Chrix Mannix/Walton Goggins, Oswaldo Mobray/Tim Roth, Joe Gage/Michael Madsen, Bob/Demian Bichir y el General Sandy Smithers/Bruce Dern. Ellos son los que durante gran parte de la trama, llevarán el peso de la misma, ellos son los 8 odiosos. El motivo para odiar a cada uno de ellos, se irá desvelando a lo largo de la película. Algunos simplemente por su forma de ser, otros por su trabajo, otros por sus motivaciones ocultas, etc. Todo ira tomando forma poco a poco como una tela de araña en la cual, al final todos se verán atrapados de una forma u otra.
Que gloriosa película, que dirección más buena, que diálogos soberbios, que capacidad narrativa tan genial, que de puta madre lo haces todo Tarantino. Supera este Western a su anterior película Django, y mira que esta es buena. Pero es que el hecho de volver a un estilo propio con el que se labró un nombre en el cine, hace que la película gane muchos enteros. No se si se llevará algún premio en los oscars del 2016, pero ciertamente se los merece de manera amplia. Una película que no deben perderse. Vayan al cine corriendo a verla. No pierdan un momento más, yo por mi parte no se los haré perder y aquí acabo.