DEUTCHLAND
83. BRILLANTE PRODUCCIÓN EUROPEA.
Deutchland 83 o D83 a partir de ahora, es una
brillante serie producida en Europa, por una cadena alemana, más bien
minoritaria, pero que demuestra claramente, que cuando se hace un buen trabajo
y se presenta un buen producto, el origen del mismo es lo de menos. Aunque la
serie tiene ya un tiempo, ya que triunfó en el 2015, siendo reconocida a nivel
mundial, incluso por la crítica norteamericana, como la mejor serie del verano
de ese año, no he tenido tiempo hasta ahora para ponerme a hablar de ella. Debo
agradecer a mi prima Rocío, el haberme descubierto esta serie en su día, hace
ya tiempo. Obviamente, mi recomendación va implícita y se presupone. Ya que
todo en esta serie no esta al azar, desde la historia, hasta la música.
Ya que hasta la mismísima intro y su canción, nos
prepara en más de un aspecto para lo que vamos a ver, incluso nos mete en
materia. Ya que el tema de Peter Schilling (un cantante alemán de los 80)
“Major Tom” en su versión inglesa, no solo hace referencia a un astronauta
protagonista de varios temas de David Bowie, sino que también hace referencia
al momento político y social de esa época en la que se desarrolla la trama de
la serie. Una trama basada en hechos reales y que nos demuestra, lo cerca, lo
muy cerca que estuvimos de la catástrofe mundial, y como se pudo solventar
todo, gracias a gente, que en una época de desconfianza y miedo, tanto de un
lado, como del otro del telón de acero, decidió abandonar ese miedo y usar el
sentido común.
Estamos en 1983, en una Alemania partida en dos,
en la parte occidental los aliados de occidente y los estados unidos con la OTAN, en la oriental la RDA con los soviéticos que se
niegan a dar ninguna oportunidad al capitalismo. Un demonio al que hay que
combatir, en todos los aspectos, tanto sociales como culturales, ya que no
tienen nada bueno. Un extremismo que se ve y que se palpa a lo largo de toda la
serie, aunque eso suponga no darse cuenta de la viga en nuestro ojo, mientras
que veamos la paja en el ojo ajeno. Los que vivimos en aquellos años nos
acordamos aún de estas situaciones. El hecho que sea también el año en que
Ronald Reagan iniciase su escudo antimisiles “la guerra de las galaxias” y se
diesen otros peligrosos incidentes, hace que la historia de nuestro
protagonista tome aún más relevancia, en un contexto, en el cual una simple
cerilla puede provocar la guerra nuclear.
D83 es una serie de espías, pero a diferencia de
otras del genero y dentro de la misma época también, D83 es mucho menos seria
en el desarrollo de su historia, mas ligera, y con la música ochentera, llena
de temas y cantantes míticos, que da forma y pie a toda la historia, incluso
podríamos decir que es una serie muy pop y que mola un montón. La historia
comienza con Martin Rauch, un jovencísimo suboficial del ejercito de la RDA, cuando es reclutado a la
fuerza por su propia Tía, miembro de la inteligencia del bloque oriental, al
servicio, obviamente, de los soviéticos, para que ocupe el lugar de otro joven
suboficial del bando aliado, asesinado, y que ya dentro de la plana mayor de la OTAN, pase información sobre
todo lo que pueda. Martín se verá obligado a esta operación, como siempre en
estos casos, por imposición y chantaje, con el fin, de que su propia tía,
dispense un tratamiento médico adecuado a su propia hermana, su madre.
Puesto en esta situación, Martin, se dará cuenta,
como ha sido tratado en su casa y como es la vida allí, la sociedad, la
cultura, la censura, al poder compararlo con la vida en el bloque occidental.
Donde no solo está floreciendo la cultura hippie, sino donde las limitaciones
que se daban por normales en su casa, aquí son vistas como vestigios de tiempos
pretéritos. Nuestro personaje, a pesar de cumplir con más o menos problemas con
su cometido, no evitará que se de cuenta de que no todo es tan horrible como la
propaganda y censura soviética les hacia ver, es más, es incluso todo aún mejor
de lo que se esperaba, viviendo como infiltrado una vida 100 veces más plena
que la que vivía en su propia casa y en su propio ejercito.
Todo esto se ve a lo largo de la serie, y se ayuda
de una ambientación de la época soberbia, muy creíble y realista. Aunque la
historia se centra en las grandes ambigüedades sociales y políticas de la época
y del año en cuestión 1983. Surgiendo situaciones absolutamente absurdas,
cuando la tecnología oriental no es para nada compatible con la tecnología
occidental, años por delante de ella (informática). Pero al final, todo es
subsidiario del viaje de Martin. Un viaje a la madurez del conocimiento, ya que
no deja de ser casi un niño al que envían en esta misión de espionaje, y es ya
un hombre el que regresa, para salvar la situación y casi al mundo entero, de
gente con las vistas estrechas y llena de odio, tanto de un lado como de otro.
D83 es como una especie de Alicia en el país de las maravillas para nuestro
protagonista, una vez que se infiltra en el bando occidental. Un continuo
descubrimiento de otra forma de vida que no difiere en lo básico de la educación
que a él le han dado en su casa, y que en los aspectos más sociales es más
liberal y abierto.
¿Dónde está el enemigo?, ellos tienen tanto miedo
de nosotros, como nosotros de ellos, ellos tampoco quieren una guerra nuclear.
Preguntas de este tipo se hará Martin, y a lo largo de la serie, intentará con más
o menos acierto convencer de que unas simples maniobras de entrenamiento, no
son más que eso y que no suponen una amenaza alguna para el bloque oriental.
Como siempre, habrá personas a la búsqueda de cualquier mínima excusa para
provocar la hecatombe, pero nuestro protagonista ya no es el niño asustado que
enviaron en su primer momento a esta misión, es ya una persona decidida y que
ha sabido ver a través del velo de engaños de la censura soviética, que los
extremos son malos. Y con decisión y aplomo salvará el día y el planeta de una
guerra nuclear.
Se comenta, que lo que sucedió en su día y los
personajes que intervinieron se aproxima muchísimo a lo que se cuenta en esta
serie, basada en hechos reales. No se la pierdan una maravilla de serie, que
los que crecimos en esa dorada década de los 80 disfrutaremos si cabe aún más.
Con una BSO de temas clásicos acompañando a todas las tramas de la serie, que
les va a dejar anonadados y con una gran sonrisa. Además, el propio creador de
la misma, en estos momentos de escribir estas líneas, está ya trabajando en
Deutchland 86. Si la premisa es la misma que con Deutchland 83, nos lo vamos a
pasar pirata viéndola.