INTERSTELLAR. EL AMOR ES CUANTIFICABLE.

INTERSTELLAR. BRILLANTE, SIMPLEMENTE BRILLANTE.

Christopher Nolan vuelve a hacerlo y nos ofrece su nuevo peliculón. No existe en toda su filmografía hasta el momento nada que pueda considerarse malo. Y con esta película nos lo demuestra, ofreciéndonos los márgenes de calidad que son seña de identidad en toda su filmografía, eso sí, con un ritmo algo más pausado a lo que últimamente nos tenia acostumbrados. Y es que lo anterior a esta película era la fantástica trilogía de Batman y Origen.

En esta película, Nolan vuela hacia la ciencia ficción. Con un componente científico en la trama muy importante y que seguramente echará hacia atrás a aquellos espectadores buscadores de la típica y tópica película comercial, pero para aquellos que nos consideramos unas mentes inquietas y abiertas a todo tipo de posibilidades o librepensadores tanto en el cine como en lo demás, Interstellar es una bocanada de aire fresco y novedoso, en el genero del espacio y de la ciencia ficción.

Lo de novedoso, no hay que tomárselo al pie de la letra, ya que Nolan para la realización de esta película toma prestado muchos planteamientos que ya hemos visto en el género y en otras grandes obras. Y el más claro ejemplo es el de “2001 una odisea del espacio”, del eterno Stanley Kubrick. Las similitudes son tantas, que prácticamente se puede decir que Christopher Nolan con Interstellar homenajea a este autor y a esta película en particular, pero con su peculiar punto de vista y un factor humano tan presente en todas las historias de este director, que en la de Kubrick no esta. Tampoco es que le haga falta, pero bueno.

Son casi tres horas que no se hacen para nada pesadas, con una trama pausada, eso es un logro imponente. Y es que como siempre Nolan, sabe como mantenernos pegados a la butaca de forma inteligente, desarrollando una trama que se vuelve cada vez más absorbente por momentos, pero eso si, muy poco a poco y con una sorpresa final como en todas sus películas o unos giros de la trama inesperados (que en su cine ya son esperados) y que pondrán en contexto toda la historia desde el principio.

Lo mejor de la película empieza en el espacio. Visualmente impactante y con una bso de parte de Hans Zimmer que no hace más que enfatizar lo eterno, imposible y grandioso que es el cosmos, hilvanando una bso con claras reminiscencias también a la que pudimos oír en 2001 de Kubrick. Los actores y el elenco principal de esta película muy logrado y bien compensado. La realización, producción y montaje perfecto. Y se nota el gran trabajo de documentación realizado a la hora de montar esta magnifica historia, que aunque pueda parecer un poco rebuscada, nos deja literalmente con la boca abierta.

Y aunque he oído a gente quejarse por la resolución final de la historia en el último tramo de la película, es algo que no entiendo. Las teorías de la relatividad, gravitacionales y espacio-temporales ya existen para aquellos que quieran informarse y son eso, teorías. Nadie ha estado más allá del horizonte de sucesos que ejerce la brutal gravedad alrededor de un agujero negro, y en este caso Nolan juega un poco y nos ofrece una posible historia buscando el lado más positivo del asunto y de la trama, en el cual el amor de un padre hacia su hija, supondrá la salvación de toda la humanidad. Brillante, simplemente brillante y esa es mi opinión, al que no le guste es su problema.

También hay sitio para la crítica social, sobre el calentamiento global, o los recortes que la actual crisis económica esta suponiendo a nivel mundial en investigación y desarrollo, tanto a nivel médico como científico. En ese sentido nos muestra un futuro cercano, en el que la sobreexplotación de los recursos del planeta ha llevado a este a una espiral climática que a medio plazo supondrá la extinción de la raza humana sobre la faz de este mundo. No hay comida para todos y en este contexto hacen falta granjeros, socialmente todo esta montado para fomentar esto, aunque al igual que en otros regímenes autoritarios, la historia tenga que ser cambiada para adecuarse a las necesidades sociales del momento.

En este contexto organizaciones como la NASA, sobreviven en secreto y con pocos medios, ya que, como se traga que miles de millones de dólares se dediquen a investigación, cuando hay gente que se muere de hambre. Prácticamente, las similitudes de este futuro cercano que nos ofrece Nolan, son tan parecidas con la realidad que resulta inquietante y te hace pensar.

En definitiva, Interstellar, en su conjunto y con toda la suma de sus partes es un PELICULON, es cine de calidad, con mayúsculas y muy pero que muy recomendable. Ciencia ficción de altos vuelos, algo que hacia tiempo que no se veía, y la referencia clara es Kubrick y su 2001. Así que, la moraleja es que el amor de un padre a su hija es cuantificable. Magnifico trabajo.

BERLANGA. TITAN DEL CINE ESPAÑOL.

MOROS Y CRISTIANOS. UNA OBRA MENOR INCOMPRENDIDA DE UN TITAN DEL CINE ESPAÑOL.

Berlanga, ya no hay por desgracia en nuestro país cineastas como él. Un titán del cine español, con una filmografía que quita el hipo y en una época en donde el cine español valía cien veces más que el que se hace, en términos generales, en estas últimas décadas. También es verdad, que antes el cine era más independiente, más privado, como debería ser. No dependía tanto de las subvenciones con dinero público y funcionaba más como en el resto del mundo, a base de productoras y en un entorno de competencia como en cualquier empresa. Quizá sea por eso que la creatividad era más elevada que ahora.

Berlanga tiene una prolífica filmografía y ya se que tiene muchas películas buenísimas a las cuales referirse, como “Placido”, “El verdugo”, “La trilogía de la Escopeta Nacional” y más, pero yo soy uno de los pocos fervientes defensores de “Moros y Cristianos”, considerada por gran parte de la crítica como una obra menor dentro de su filmografía. Pero unos pocos como yo, la consideramos como una autentica obra maestra, que en una sola película, recopila con un ritmo endiablado todo el compendio de virtudes que tiene el cine de Berlanga. Quizá por eso no guste tanto. Ya que no se puede paladear lo suficiente algunas cosas que si se podrían en otras de sus películas al estar centradas específicamente en el tema en cuestión.

A mi gusto, este tipo de película de comedia siempre me han gustado y por suerte, el maestro nos deleitaría con otra del mismo tipo años después, “Paris-Tumbuctú”, aunque un poco más floja a mi parecer que la que ahora estamos viendo en este crítica. Moros y Cristianos, una obra maestra del cine, por la cual no pasa el tiempo y sigue estando de plena actualidad hoy en día. Eso ya en si mismo es todo un reto y un logro imponente.

Una de las muchas cosas buenas que tiene esta película es el absoluto histrionismo de sus personajes, de todos ellos, en un no parar de situaciones que por desgracia son muy reales en la sociedad de este país en el que vivimos y que provocan la carcajada por su hilarante contenido, pero no porque sea un scket sino porque la realidad supera a la ficción y puede provocar muchas veces más horror y más risas que la ficción más rebuscada. Ahí es donde Berlanga sabe moverse, es un autentico conocedor de nuestro país y de las bases de la cultura latina que cimienta esta sociedad y no hace nada más que sacar sus miserias y exponérnoslas para que no nos lo creamos tanto.

La película tiene un ritmo endiablado de situaciones e historia y cambios de guión y situación uno detrás de otro y los personajes lo llevan muy bien. Se llega en muchos momentos a disfrutar tanto y a reírte no solo con lo que pasa en el primer plano, sino con lo que esta pasando en un segundo plano y hasta en un tercero. Eso requiere mucha concentración y varios visionados. Obviamente en el primero sueles quedarte con lo que sucede en la historia principal, pero algunos personajes secundarios que desarrollan sus historias en esos planos secundarios por detrás de la historia principal, resultan darle el toque loco a esta película. Un ejemplo claro son las frases del personaje que interpreta Pajares, del primo tonto, y sus vaivenes con “el chino que pega”, “la mesa de billar” “el servicio scort” y sus continuos escarceos con la criada de su hermana, que no hace más que intentar huir de él.

Esta película es también una oda a la corrupción en todos los aspectos de la sociedad española. Y resulta estar de plena actualidad todas las situaciones que se dan en la misma, lo cual, teniendo en cuenta que es una película de hace casi 30 años, llama poderosamente la atención el ver lo bien que nos tenia calados el señor Berlanga. Básicamente y antes de hacer una breve sipnosis, la historia es la de siempre, el conseguir un objetivo cueste lo que cueste, pises a quien pises, y trabajando lo menos posible. En este caso la promoción de unos turrones, aprovechándose los obreros de sus jefes a los cuales acompañan a Madrid a esta promoción. Aprovechándose los jefes de sus obreros haciéndoles creer que les están pagando mucho cuando no es así. Aprovechándose de los hermanos que se tienen en política para ayudas y promociones gratuitas. Aprovechándose empresarios publicitarios de esta gente provinciana, para sacarles más pasta que la que tienen. En definitiva una jauría de lobos y de relaciones familiares y políticas, las cuales pueden dar lugar a situaciones más peligrosas que la lucha de gladiadores del circo romano.

La historia se centra en unos turroneros que intentan en los primeros años de democracia en España y recién entrados en Europa, promocionar sus turrones de Xixona fuera de los límites de su provincia. Que mejor manera que ir a Madrid a una feria de muestras y si se puede contar con la ayuda de la arisca hermana metida en política, pues mejor que mejor, aunque está este más pendiente del que dirán y de lo que le puede afectar que se conozca su relación con una familia tan variopinta a su carrera política. En definitiva un despiporre continuo, desde el primer minuto hasta el último con un elenco espectacular, Fernando Fernan Gómez, Agustín González, Andrés Pajares, Pedro Ruiz, José Luís López Vázquez, Rosa Maria Sardá, Antonio Resines, etc etc etc. Una maravilla por la cual no pasa el tiempo.