MAD MAX.
FURIA EN LA CARRETERA. UNA
GLORIOSA SALVAJADA.
Y digo bien, GLORIOSA:
Porque es una película con una calidad palpable, tanto en dirección, producción
y montaje. SALVAJADA: Porque
lo es también. Hace años que no veía una película tan violenta, salvaje y
desenfrenada como esta, hace muchos, muchos años. Y ello no es incompatible en
este caso con la calidad, ni mucho menos. Estamos hablando de un PELICULÓN de
acción a tope y SIN COMPLEJOS DE NINGÚN TIPO. Absténgase pues los
sensibles, los débiles de corazón y los asquerosetes, pues hay que tener cuerpo
y hacer gala de una gran determinación, para tener los redaños de aceptar el
desafío visual que nos ofrece George Miller, el director de esta magnifica
oda a la muerte y la destrucción.
Mad Max
furia en la carretera,
podría considerarse la cuarta parte de la saga comenzada por Mel Gibson, o
también se podría considerar un remake. Esta indeterminación la hace doblemente
disfrutable, ya que no necesitas haber visto ninguna de las anteriores para
disfrutarla. Aunque, eso sí; si las has visto, pues la disfrutas aún más.
Mad Max
furia en la carretera,
coge lo mejor de las tres películas anteriores y deja lo peor. Coge un gran
sentido del ritmo, frenético lo llamaría yo, coge unos grandiosos escenarios
apocalípticos, coge lo mejor de las road movies, y su desenfrenada violencia y
acción sin límite y lo eleva al cuadrado. Que digo al cuadrado, al cubo.
Resultado, lo he comentado arriba en el título, una GLORIOSA SALVAJADA.
Con unas escenas que hacen que te preguntes si a su director George Miller se
le ha ido literalmente la perola o simplemente es un maldito genio por
ocurrírsele tamaña locura.
Mad Max
furia en la carretera,
hace gala de unos encuadres y planos que, literalmente, quitan el hipo y te
dejan con la boca abierta. Hace gala de unas tomas que literalmente ascienden
al estatus de OPERA VISUAL. Hay que tenerlos bien puestos para rodar
algo así y George Miller nos demuestra que los tiene. El plano de un escenario
sobre ruedas con los bafles gigantescos a ambos lados de un guitarrista que
causaría pesadillas a la mismísima mascota de Iron Maiden, mientras por los
lados un ejército de psicóticos de la carretera persigue a nuestros
protagonistas, roza la perfección técnica y visual. Y además genera un aire de
obra de arte de lo macabro que lo único que hace es, o sacarte la sonrisa o
abrirte la boca de estupefacción. Simplemente sublime.
Mad Max
furia en la carretera, hace gala de un uso sublime de la cámara rápida. Si, ese tipo
de tomas que hasta ahora solo se usaban para hacer sckets de comedia tipo Benny
Hill y que aquí George Miller las eleva a la categoría de arte. Dándole un uso
nuevo que muy poca gente se había atrevido hasta ahora para no caer en el
ridículo. Caso que no es este, dándole una vitalidad a ciertas escenas y
durante los segundos justos para que el ritmo no decaiga y que la escena no se
haga larga y pesada. Además de eso logra que el trabajo quede como Dios. “¿Por
qué lo haces así George Miller?, pues porque yo lo valgo”. Ole tus huevos, que
grande eres George.
Mad Max
furia en la carretera,
tiene un ritmo endiablado, en todo. En la historia, en el guión, en la acción,
en las interrelaciones entre sus personajes. No hay tomas tranquilas, en un
segundo esa persona que hace cinco segundos quería matarte, cuatro segundos
después se une a ti para matar. Lección bien aprendida de la saga de Mel Gibson
y llevada aquí a los extremos más absolutos, la lección de la SUPERVIVENCIA.
Rodada de una forma magistral, sin concesiones, sin censuras.
El mundo se va a la mierda, la radiación campa a sus anchas, y la fealdad
interior que nos convierte en monstruos, en esta película toma forma también en
el exterior. La galería de horrores no deja de sorprender. Nuevamente
gloriosa.
Mad Max
furia en la carretera,
goza de una BSO del discípulo de Hans Zimmer, Junkie XL, donde los temas de
percusión nos trasladan de manera sublime al futuro más apocalíptico que os
podáis imaginar. Decir que es una bso potente, es quedarse corto. Que lastima
que no este Tina Turner. Un tema final para los créditos como el de la cúpula
del trueno la hubiese terminado de redondear. Pero que se le va a hacer.
Mad Max
furia en la carretera,
goza de actuaciones notables, como la de Charlize Theron o Tom Hardy. A veces
las miradas, las posturas y los gestos pueden decir más que mil palabras. En
este caso es una necesidad del guión, de la historia y de la trama. Pues en
ciertas escenas, el aspecto visual te come literalmente. En estos casos poco o
nada se puede decir y aún y con esas, estos dos actores mantienen el tipo de
manera magistral. Llegando el caso en el que el protagonismo se reparte a
partes iguales entre ambos. Aunque la película lleve el nombre de solo uno de
ellos, pero es que el nombre de “FURIOSA
IMPERATOR”, es la puta ostia. Y este es solo uno de los pocos ejemplos
que se dan durante todo el metraje.
Mad Max
furia en la carretera,
es en definitiva y me reitero nuevamente para que no quepa ninguna duda, una GLORIOSA
SALVAJADA. Disfrutable en todos los aspectos. Mad Max furia en la carretera, es un homenaje a esa saga ochentera
con la cual muchos hemos crecido. Mad
Max furia en la carretera es una película para nosotros, los niños ya
grandes que nos hemos negado a crecer en algunos aspectos. Mad Max furia en la carretera es nuestra película, amantes de las
aventuras desenfrenadas, amantes de esos futuros tan terribles en los cuales
siempre hay esperanza, aunque para lograrla haya que hacer sacrificios
personales y reventar algunas cabezas en el proceso, lección que MAX nos vuelve
a enseñar claramente en esta película. Una lección que casi parece que fue ayer
cuando la vimos por última vez y ya han pasado más de 30 años. Demasiado
tiempo, pero créanme, si es para ver esta película, ha merecido la pena cada
segundo, minuto, día, mes y año pasado, con tal de que llegara. FANTASTICA. (Sed Testigos).