MI
VECINO TOTORO.
Maravilloso
regalo cinematográfico a la infancia.
La
batalla de los 5 ejércitos dice:
Hayao
Miyazaki es
dios
y John Lasseter su
profeta.
Miyazaki,
gran cineasta del cine de animación, que nos hace soñar no solo a
los niños sino también a los mayores, demuestra en esta película
su maestría para contar unos cuentos tan emotivos sin caer en el
infantilismo que ya quisiesen nuestros cineastas de por aquí. Desde
luego no es de extrañar que John Lasseter jefe supremo de PIXAR
tenga a este hombre como su GURU y a esta película como fuente de
inspiración personal cada vez que abordan una nueva historia.
Es
triste que esta película estrenada en gran parte del mundo cuando se
hizo (1988),
nos llego, aquí a España, a nuestras salas de cine con mas de 20
años de retraso.
Y es que al final, hace unos años, se estreno, con un número muy
limitado de copias. Por fin, se estrenaba en nuestro país, MI VECINO
TOTORO, por supuesto en muy pocas salas, con lo cual, solo en las más
grandes ciudades de nuestro país se pudo ver y disfrutar esta gran
película. Claro está siempre que la gente se animase a verla. Y en
este sentido no es de extrañar que, como en muchos factores, no solo
culturales, sino también sociales, vayamos con tantos años de
retraso respecto al resto del mundo. Pero claro, como dice la mayoría
de la gente, o como lo piensa, esto es una película de dibujos
animados.
¿Quién
en su sano juicio vería una película de dibujos animados y encima
pagaría una entrada?, a no ser claro esta que la consabida y muy
trillada justificación de llevar a sobrinos o hijos nos ayude ante
lo que puedan pensar el resto de la gente al decir que he ido solo
con mi mujer, novia o amigos a verla. A MI PARTICULARMENTE ME DA
IGUAL LO QUE PIENSEN, ellos se lo pierden.
Y
desde luego que se lo pierden, junto con la magnífica “Ponyo
en el acantalidado”,
“Mi
vecino Totoro”,
forma el tandem más infantil y más para la infancia del STUDIO
GHIBLI. Una maravillosa película, que sin tener un guión tan
trillado como lo que nos tiene acostumbrados en los últimos años
GHIBLI, (en
ese aspecto es idéntica a PONYO),
simplemente nos cuenta una historia de amor y cariño familiar,
valorando el concepto de familia tan denostado y tirado por tierra
últimamente en nuestro querido país. Aparte, claro está, el
siempre alegato presente en todas las películas de Miyazaki al medio
ambiente, a su respeto y cuidado. Así como los valores a los que nos
tiene acostumbrados en su cinematografía como el respeto, (sobre
todo a los mayores y ancianos)
y la amistad.
La
historia es muy simple, pero derrocha ternura por los cuatro
costados, un padre tiene que cuidar de sus dos hijas pequeñas,
debido a un largo proceso de recuperación de una enfermedad de su
madre. Para animar a las mismas decide llevárselas a vivir al campo,
lejos de la ciudad, lo que no sabe es que tendrá como vecino a un
CURIOSO personaje, y creedme, llamarlo solo curioso es quedarse
corto. Y hasta aquí puedo leer para no spoilearos. Quizá si la veis
comparándola con todo lo que ghibli ha realizado después, os
parezca que pierde respecto a las demás. Pero chicos, resulta que
esta es casi de las primeras que realizó, y no me extraña que sea
la abanderada del Studio con su logotipo, después de verla no me
extraña.
Tiene
momentazos geniales, sobre todo con la más pequeña de las hermanas,
aunque las dos son un poco burras. Para espantar el miedo, al llegar
a la casa nueva e ir abriendo las habitaciones que están a oscuras,
no se les ocurre otra cosa que pegar unos berridos de impresión.
Otro momentazo es el GATOBUS, jodeeeer que chulo. No me extraña que
John Lasseter diese saltos de alegría junto a sus realizadores,
cuando recibió en los estudios PIXAR, la visita de su idolatrado
Hayao Miyazaki y este le regalara en tamaño real y para montar el
mismísimo GATOBUS, es que es la caña.
En
fin, una pequeña obra maestra como casi todo lo que hace esta gente,
incluyendo a Joe Hisahisi que como compositor ya empieza a apuntar
maneras y de que forma con esta película.
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