domingo, 8 de enero de 2012

Drive. Sencillez y buen gusto.


PELICULA: DRIVE. LA SENCILLEZ Y EL BUEN GUSTO.
La sencillez en cuanto a su historia, ya que tampoco es que sea un guión o una historia que no hayamos visto ya en otros sitios. Pero con un muy buen gusto a la hora de rodarla, dirigirla y montarla. Y ahí es donde se han marcado diferencias abismales con respecto a otras películas que han contado historias similares. Con muy poca cosa y un presupuesto equiparable al de cualquier película española, se nos presenta un thriller, con todo medido y bien pensado a la hora de contar la historia. Todo esta milimétricamente calculado. El guión, las actuaciones, la acción, los diálogos de los personajes, siendo en este último caso llamativo el personaje principal, una especie de llanero solitario en los tiempos que corren, lacónico a más no poder, como un vaquero. Un héroe que en vez de cabalgar (siguiendo con la semejanza a esos héroes solitarios que tan bien funcionaron en el Wenster), conduce, y es un experto en ello.


Decir que el 50% de esta gran película, se debe a un soberbio montaje y la música que lo acompaña, no es exagerar. Los sonidos del día a día, de la sociedad, las calles y de todo lo que nos rodea, en muchas ocasiones durante el desarrollo de la misma, nos recuerda que no estamos ante una película muda. Hay que hacer especial énfasis en el cuidadoso y calculado metraje de estas escenas, su duración y los fantásticos temas que los acompañan, ya que se puede decir que es como un personaje más de la película.


Cabe reseñar también ese aire de cine ochentero, que se respira sobre todo en los créditos iniciales de la película, en donde ya se nos muestra al personaje y todo lo que es capaz de hacer. Nos pone en antecedentes, mientras, de fondo, un magnifico tema de música electrónica nos sumerge aún más en unas imágenes que siguen el compás que la música les impone. Todo cuidado al detalle. Incluidas las escenas de acción, que a pesar de llegar a ser violentas, no desfasan el conjunto de la película.


Las actuaciones de los actores son muy buenas. Aunque los protagonistas principales, se centran más en las miradas y gestos, debido a la relación que surge entre ellos, el resto del acompañamiento tampoco está nada mal. Destacando a “Ron Perlman”, que a pesar de tener un papel muy secundario, sigue estando genial haya donde lo pongan. En definitiva “Drive” es una gran película que no deberíais dejar de ver.

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