viernes, 4 de noviembre de 2011

Arriety y el mundo de los diminutos.


Hace poco vi “Arriety y el mundo de los diminutos”, la última joya producida en ese OLIMPO de la animación que es GHIBLI. Aunque no está dirigida por Miyazaki sino por el que ha sido durante mucho tiempo ayudante de animación en el resto de películas del estudio Yonebayashi Hiromasa.
Arriety no es Miyazaki, no es a lo que nos tiene acostumbrado “DIOS Miyazaki”, peeero se le aproxima mucho. Se nota que el guión es suyo y que también está al cargo de la producción de la misma. Particularmente esta película me ha gustado mucho más que la de “Los cuentos de Terramar” en la cual dejo a los mandos a su hijo Gonzo.

Al ser al igual que la de “Los cuentos de Terramar” una película basada en una historia occidental, se pierde algo del genio que se destila en películas propias, con esa cultura oriental que tan extraña nos puede parecer por aquí, pero que nos la expone de forma tan amena. Por lo demás, quitando estás pequeñas debilidades que hacen que la historia no tenga la profundidad de otras o que sus personajes no sean tan carismáticos, la película en todo lo demás es GRANDIOSA, de lo mejor que he visto este año. Nuevamente la sensación de positivismo y de haber catado un producto de primerísima calidad al salir de la sala de cine, se me hizo patente como en la de Ponyo. Todo lo que caracteriza la filmografía de Ghibli, está nuevamente ahí, algunas cosas algo más diluidas al no ser Miyazaki el director, pero nada ha desaparecido.

Por ahí, le critican que sea un guión más lineal, con buenos más acentuados y con malos más malos como es el caso del ama de llaves de la casa en la que se desarrolla la historia, un personaje odioso, cuyo cometido es captar todas nuestras antipatías. Acostumbrados a unos personajes más difusos, a que no todo sea bueno o malo, en esta película no se da ese caso, motivo por el cual algunos críticos por ahí están haciendo leña, diciendo que es muy occidental, como si eso en sí fuese malo. Y para mi no lo es. Con esta película buscan un mercado más abierto fuera de sus fronteras y aún así mantienen los mismos signos de calidad que han hecho grande a Ghibli.

Otro cambio importante ha sido la música, nuevamente los puristas critican duramente la decisión de pasar de una composición más orquestal a una más coral. Cierto es que yo mismo estaba preocupado con este tema, estoy acostumbrado a oír a Hisaishi con sus esplendidas melodías y composiciones que en el caso de Ponyo con las imágenes acompañantes me pusieron los pelos de punta de la emoción. El hecho de que se encargará una perfecta desconocida de la bso a través de una base de 3 canciones corales me preocupaba, pero mi preocupación no tenia sentido. Al ver la película me di cuenta de cómo todo encajaba. Los temas son preciosos y geniales, encajan perfectamente con la historia y con las imágenes que se desarrollan. Y es que vaya imágenes, se nota que el director es el ayudante de animación de Miyazaki, los planos son grandiosos, los  enfoques alucinantes y el colorido desbordante, llegando a pensar si realmente estás viendo una película o un maravilloso cuadro impresionista. Gracias también a esta bso se le da la importancia que se le tiene que dar a los efectos de sonido, apabullantes, ya que para unas personas diminutas, cuya acción de bajar de una estantería se convierte en una bajada de un precipicio y aquellas acciones que a nosotros nos parecen tontería o las hacemos por inercia, para ellos se convierten en auténticos retos aventureros. Los sonidos nocturnos de una casa pueden ser tan titánicos para ellos como nos pueden parecer a nosotros oír soplar el viento en las cumbres del Himalaya. Grandiosa película, de lo mejor que he visto este año, el hecho de que el protagonista humano este enfermo del corazón y le cueste un gran esfuerzo hacer cualquier mínima cosa, hace que sea también más próximo hacia su pequeña amiga Arriety y los problemas que tiene ella a la hora de moverse por el grandioso y enorme mundo de los humanos. En definitiva una maravilla de película a la cual le daría un 8 sobre 10. No está mal, cuando a las de Ghibli de Miyazaki suelo darles un 9 o un 10 directamente. Reitero, no es Miyazaki peeero casi.

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